Por la Ruta Nacional de Jaeren hacia el sur de Noruega

Amanece Stavanger con una fina llovizna y el cielo cerrado. Es difícil imaginarse la vida en este rincón del planeta, ansiosos por un rayo de sol que les acaricie la mejilla.

Aún así decidimos coger el coche y poner rumbo a tierras del Sur. El clima en este país a menudo es impredecible y quizás las nubes compactas de la mañana decidan en algún momento dejarnos ver el sol o al menos parar la lluvia.

Iniciamos la ruta en las afueras de Stavanger en el monumento nacional Sverd i fjell «Las tres espadas». Aquí fue donde Harald Harfrage unió Noruega en un solo reinó en el año 872. Estas tres espadas vikingas simbolizan paz, unidad y libertad

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Monumento Svere i fjell
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Pau y David jugando en la playa junto a Las Tres Espadas

Tras esta parada pusimos rumbo a la zona de Jaeren, la mayor área de tierras bajas en Noruega. Largas playas, dunas de arena y hierba interminables, mar bravo e históricos faros conforman un paisaje cautivador y salvaje.

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La Ruta de Jaeren sigue las carreteras 44 y 507 bordeando el Mar del Norte. En Hå paramos en Varhaug garle Kirkegard, un cementerio declarado patrimonio cultural. Su capilla se mantiene firme al paso del tiempo y a una meteorología bastante adversa. Parecía como si se mantuviese erguida protegiendo las tumbas del viento, las olas y el frío helado del invierno. Una imagen de postal de esas que recuerdas después de muchos años…

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Cementerio Varhaug Gamle Kirkegard

Según nos acercábamos a Egersund el paisaje empezó a cambiar. Procesos geológicos que datan de más de 920 millones de años han dejado un patrimonio muy característico llamado Magma Unesco Global Geopark, algo similar al paisaje de rocas lunares.

Parada obligatoria en Egersund para comer (pan noruego -exquisito en todas sus variedades- y embutido traído de casa)

Tras la comida un breve paseo por el centro de Egersund y sus edificios de madera históricos bien conservados. No fue posible encontrar una cafetería así que seguimos rumbo a Sogndalstrand, nuestra última parada.

Antes de llegar paramos en Rossland, para descubrir en un bosque escondido una cabeza que simboliza el culto a la fertilidad, un altar de piedra y una tina con más de 2000 años de antigüedad.

 

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Diosa de la fetilidad en Rossland

Y entrada la tarde visitamos Sogndalstrand, un bello pueblecito costero en la desembocadura del río Sokna (famoso también por la pesca del salmón). Este es el único pueblo protegido de Noruega cuyas casas datan del 1700 y 1800.

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Sognadstrand
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Rincones de Sogndalstrand

Una merienda improvisada en lo alto de unas rocas nos hizo darnos cuenta de la grandeza de la naturaleza, algo que en Noruega ya empezábamos a intuir a pocos días de haber llegado.

imageimageLas nubes dejaron de repente entrever algunos rayos de sol y sonreímos… Era fantástico aquel lugar…

 

 

 

 

 

 

 

 

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